Juicio particular
Según la doctrina católica y algunas ramificaciones protestantes, el juicio particular es el momento en que el alma, que se separó de su cuerpo inmediatamente después de su muerte, define si ella va al Cielo, al Infierno o al Purgatorio. Más concretamente, el juicio particular "es el juicio de retribución inmediata, que cada uno, a partir de la muerte, recibe de Dios en su alma inmortal, en relación a su fe y a sus obras" realizadas en su camino de santificación terrena.